La ciudad del amor, así es como la llaman. Una ciudad para perderse en sus calles, para olvidarse del tiempo y para disfrutar de sus costumbres, su cultura, su gente, sus monumentos… Un destino, el más visitado del mundo con cerca de 30 millones de visitas, para escaparte con tu pareja y empaparte con su moda, con su gastronomía y con su arte. Un lugar perfecto para unas mini vacaciones o una escapada de fin de semana.
París, la capital de Francia, no siempre fue así; a finales del siglo XX tuvo que reinventarse y la inauguración del «esqueleto de atalaya» , como lo definió Verlaine, ayudó a que el mundo viese a Paris con otros ojos. La Torre Eiffel, erigida por Gustave Eiffel, fue construida para iluminar la belleza de la, hasta entonces, más importante Exposición Universal,una exposición que impulsó el comercio francés y mejoró notablemente su imágen.
El proyecto, finalmente, fue elegido por el gobierno francés entre más de 100 finalistas y Gustave Eiffel firma por fin el acuerdo con el gobierno el 9 de enero de 1887. Los ingenieros Maurice Koechlin, Emile Nouguier y el arquitecto Stephen Sauvestre formarán parte también del proyecto.
La torre Eiffel, símbolo por excelencia de París, fue construido en apenas dos años, dos meses y cinco días por 250 obreros. Oficialmente fue inaugurada el 31 de marzo de 1889 convirtiéndose en el edificio más alto del planeta con 300 metros de altura. Poco más que decir sobre la Torre Eiffel, un monumento por excelencia de la ciudad del amor y uno de los más buscados y más fotografiados del mundo.
Tras su construcción, se instaló un laboratorio y después de un par de años, en 1901, se terminó por instalar un emisor permanente de la TSF. La torree fue utilizado para muchos experimentos científicos y a día de hoy, todavía, sirve para transmitir programas de radio y televisión.